El sábado fuimos de boda, del hijo de unos amigos de mis suegros que oh! casualidades de la vida supimos el año pasado que su novia había estudiado conmigo en la universidad... Desde entonces ya hemos tenido varias ocasiones de vernos y comentar oh! lo pequeño que es el mundo.
Que mi suegro estudiara con el suegro de esta chica hace 45 años y que 30 años después lo hiciéramos nosotras no nos deja de asombrar.
Así que fuimos a la boda en familia y así hemos pasado también el fin de semana, pero sin agobios que ya nos conocemos y no hay que guardar las formas comme au début.
El franchute se levantó el domingo y vino con la provisión de croissants, pains au chocolats, periódicos y revistas; después de desayunar y trastear con sus sobris me metí otra vez en la cama y volví a salir a la superficie a las doce, cuando nos preparamos para ir a la playa.
Como en Francia la gente suele venir de lejos a las bodas y las familias están mucho más esparcidas que en España, es normal que los novios al día siguiente congreguen a los invitados para que coman algo antes de salir de viaje de vuelta. Y el "brunch du lendemain" de esta boda, fueron unas pizzas en la playa!! Estoy convencida de que pasarán los años y todo el mundo recordará la jornada de ayer porque entre baño, pizza, vasito de rosé y siesta al sol, todo el mundo estaba más que encantado.
Vive les mariés! y vivan los domingos en la playa!
Vive les mariés! y vivan los domingos en la playa!
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La sobrina pequeña del franchute, de Petit Bateau |