Me hubiera gustado hacer un post recapitulativo del 2014, quelle cuvée! Un grand cru como se diría en el mundo del vino. Pero se pasó el momento. Luego pensé en contaros las Navidades pero por Ig vísteis lo principal, Nochebuena y Navidad en Niza, primer vuelo de mis gallifantas ese mismo 25 para viajar hasta el pueblo, familia, bautizo (por fin!), Nochevieja y de vuelta a Francia.
Unos primeros Reyes edulcorados porque aún no entienden, clarostá, pero que encontraron donde parar de camino a España.
El mes de enero se nos ha esfumado en un pis pas; galette por aquí, cena acá, re-galette à la maison...
Cuando hay quien nos dice que disfrutemos que se hacen mayores rápido, no termino de entender muy bien el consejo. Nosotros no hacemos más que disfrutar y estamos solos para ocuparnos de ellas. La espera para ser padres nos hace aún más conscientes de la entrega y el compromiso que se merecen.
Con excepción de la noche que pasé en urgencias en el mes de julio, las he bañado y las he acostado cada noche y me he levantado n veces cuando ha hecho falta. La noche del viernes 30 al 31 de enero fue la primera noche en la que las dos no se despertaron durante 10 horas!! Cuando el sábado desayunábamos no nos lo creíamos. ¿A qué hora te has levantado? C'était qui Carmen? No, esta noche no me he levantado et toi? Moi non plus!!!
No lo han vuelto a repetir pero no nos preocupa, estamos ya acostumbrados a los desvelos nocturnos, a los biberones en la oscuridad, son momentos casi sagrados que sabemos no durarán siempre. El llanto que cesa cuando las coges, más besos, las manitas que te buscan, husmear sus cabecitas, dejarlas en la cuna y arroparlas, contando los pasos y conociendo al dedillo cada ruido de nuestra casa.
Veo que van cambiando y cada vez las quiero más y más, sobre el amor materno poco puedo decir que no resulte obvio... Me emociono con las cositas que van aprendiendo y haciendo, no siento nostalgia de las primeras semanas o meses porque estuve al 200% y no he dejado de disfrutar. Y lo que es mejor... sé que los meses que vienen serán aún más emocionantes.
El tiempo pasa rápidamente, pero no solo para con los bebés, aunque con ellos y sus cambios físicos resulte muy elocuente. También con los más mayores. Mi abuela está en estos momentos en una fase complicada y la pienso todo el tiempo.
El tiempo también se me escurre de las manos a mí ¿ qué aprendo, qué me hace feliz, quiénes me emocionan, con qué disfruto? La vida en ese continuo día a día ¡ y gracias! nos permite muchas alegrías acentuadas por las dificultades.
Côté travail... Es difícil que algo motive, estoy deseando salir para ir a buscarlas chez la nounou o à la crèche. Intento impedir pensar que lo que realizo está vacío de contenido en comparación con la posibilidad de pasar con ellas todo mi tiempo. Ahí habría tema para debate, pero no lo profundizo sin duda para que no duela y me consuelo porque he conseguido una reducción de mi horario y los viernes no trabajo, corrijo, no voy a la oficina, aunque siga a distancia algunas cosas... es el precio a pagar por una jornada sin horarios con mis hijas que resulta incoherente que parezca un privilegio.