Han reunido, no bajo la nave central, pero en un perímetro importante, toda una selección de artistas que tratan de las nociones de visión, espacio, luz y movimiento en sus obras.
A menudo se trata de instalaciones en las que el visitante es parte de la obra, atmósferas cromáticas, espejos caleidoscópicos (como los del Parque de Atracciones en Madrid hace 20 años...), instalaciones en las que se pierde el sentido de la vista o desaconsejadas a los claustrofóbicos...
Una de las obras más impactantes es ésta de Felipe Varini, instalada en uno de los laterales del edificio. Es genial por su envergadura, el efecto que produce y la sorpresa que supone descubrir el tratamiento en la piedra cuando te acercas.
Se trata de 23 discos naranjas posicionados formando una reja que aparece flotando entre las columnas. La obra juega con la relación entre lo ligero y lo denso, el espacio vacío y el espacio lleno.
El efecto es tal que los discos con ese color tan vivo consiguen tanta fuerza como las columnas que encuadran.
Resulta realmente mágico cuando te sitúas en la perspectiva que hace que la instalación funcione, pero asombra aún más cuando compruebas cómo se ha formado esa perspectiva, con los trazos desfigurados.
Normalmente Varini, artista suizo nacido en 1952, pinta sobre el espacio público y de forma permanente, para esta exposición lo que realizó fue un soporte en papel de aluminio que queda superpuesto a la piedra y que se retirará el 22 de julio cuando acabe la muestra.
No lo conocía, me encanta. Voy a leer más sobre él y su obra.
ResponderEliminarCuriosa y muy atrayente su obra. Muac!
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