¿Qué tal te apañas?
He contestado a esta pregunta un número incalculable de veces. Mi respuesta ha sido siempre la misma porque es cierto que nos hemos ido "apañando bien", más o menos bien según los días. Los normales, sin olvidos o sobresaltos, son la mayoría y solemos mantener el tipo, desde fuera puede hasta parecer que controlamos la situación. En otras ocasiones son las situaciones las que se atraviesan y nos ponen a prueba, pero nos hacen agudizar los sentidos y solemos salir airosos.
Hoy es la tercera vez que se me ha olvidado la mochila portabebés en el casi ya un año de trajín mañanero de lunes a jueves.
La primera vez fue un gran momento de soledad, al sacar el carro del maletero y comprobar que (detrás, encima, debajo o entre medias) no estaba la manduca ni la babybjörn...
Un sudor frío porque no tenía ni idea de cómo poder movernos... tuvimos suerte, ese día llevaba puesta una camiseta lo suficientemente amplia elástica dentro de la cual metí a Carmencita. Pillé bien el bajo contra el pantalón, no recuerdo si llevaba cinturón, y con paso suave, temiendo que se me escurriera por debajo hicimos el trayecto hasta el coche y por la tarde de vuelta a Niza igual. Cualquiera que nos cruzáramos debió de pensar que no nos apañábamos muy bien ¡cuando en realidad era todo lo contrario!
La segunda vez fue menos traumática, llevaba un foulard y aunque por longitud no nos daba para un porteo en las reglas del arte, fue suficiente para apretarla contra mí y avanzar segura empujando el carro con María sentada tan tranquila.
Hoy ha vuelto a pasar, hemos salido de casa despistados y me he dado cuenta mientras veníamos de camino en el coche. Los miércoles tenemos unos 15 minutos andando que Carmen podría hacer en 45 minutos porque no se contenta con apoyarse en el carro ¡¡ella tiene que empujarlo!! Pero nos hemos vuelto a apañar, me he agarrado con fuerza al cuerno tal mountain bike y ella se ha sentado en el antebrazo, de forma tan natural que parecía lo hubiéramos tenido ensayado, nos hemos apañado tan bien que hasta he podido soltar el brazo derecho para hacernos una foto que quiero que luego tengan en su álbum porque hay mañanas que no olvidaré y querré recordar.
He contestado a esta pregunta un número incalculable de veces. Mi respuesta ha sido siempre la misma porque es cierto que nos hemos ido "apañando bien", más o menos bien según los días. Los normales, sin olvidos o sobresaltos, son la mayoría y solemos mantener el tipo, desde fuera puede hasta parecer que controlamos la situación. En otras ocasiones son las situaciones las que se atraviesan y nos ponen a prueba, pero nos hacen agudizar los sentidos y solemos salir airosos.
Hoy es la tercera vez que se me ha olvidado la mochila portabebés en el casi ya un año de trajín mañanero de lunes a jueves.
La primera vez fue un gran momento de soledad, al sacar el carro del maletero y comprobar que (detrás, encima, debajo o entre medias) no estaba la manduca ni la babybjörn...
Un sudor frío porque no tenía ni idea de cómo poder movernos... tuvimos suerte, ese día llevaba puesta una camiseta lo suficientemente amplia elástica dentro de la cual metí a Carmencita. Pillé bien el bajo contra el pantalón, no recuerdo si llevaba cinturón, y con paso suave, temiendo que se me escurriera por debajo hicimos el trayecto hasta el coche y por la tarde de vuelta a Niza igual. Cualquiera que nos cruzáramos debió de pensar que no nos apañábamos muy bien ¡cuando en realidad era todo lo contrario!
La segunda vez fue menos traumática, llevaba un foulard y aunque por longitud no nos daba para un porteo en las reglas del arte, fue suficiente para apretarla contra mí y avanzar segura empujando el carro con María sentada tan tranquila.
Hoy ha vuelto a pasar, hemos salido de casa despistados y me he dado cuenta mientras veníamos de camino en el coche. Los miércoles tenemos unos 15 minutos andando que Carmen podría hacer en 45 minutos porque no se contenta con apoyarse en el carro ¡¡ella tiene que empujarlo!! Pero nos hemos vuelto a apañar, me he agarrado con fuerza al cuerno tal mountain bike y ella se ha sentado en el antebrazo, de forma tan natural que parecía lo hubiéramos tenido ensayado, nos hemos apañado tan bien que hasta he podido soltar el brazo derecho para hacernos una foto que quiero que luego tengan en su álbum porque hay mañanas que no olvidaré y querré recordar.
No nos queda otra que ser apañadas, si no fuera así, ¡estaríamos apañadas! >>> La frase es un autojercicio de tradución del que aún no he podido salir airosa... O_O
Bonne journée à vous!
Hola. están muy grandes... tienes toda la razón no nos queda otra que improvisar y echarle imaginación a nuestros olvidos... seguimos en contacto
ResponderEliminarHola Marta, no queda otra! Hasta pronto
EliminarQue bueno!!! si parece un koala agarrado al árbol!!!! no tienes dos diminutos, tienes dos bombones!!!! y tranquila, en un año ya no te apañaras, las disfrutaras a tope!!!
ResponderEliminarMuchos besos para las tres!!!
Pilar
Los koalas son menos nerviosos imagino... Ojalá viaje alguna vez a Australia para ver uno!!! Besos Pilar
EliminarLa foto con la koalita es genial y tus niñas monísimas.
ResponderEliminarUn beso apañá!
Ja ja seguro que tú también improvisas continuamente con los tuyos muac muac
Eliminaray qué cara! con la monda!
ResponderEliminarHello Fani , qué tal? Me tengo que pasar a leerte, hace mucho ya....
EliminarAl final siempre te acabas apañando, es como si ellas supieran que tienen que "colaborar". Decididamente la maternidad te da superpoderes. Las niñas están preciosas.
ResponderEliminarHola Norma, sí , te descubre muchos recursos... Un abrazo
EliminarUna pregunta que quizá suene tonta ¿porqué no tienes un carro gemelar?
ResponderEliminarHola, sí que lo tenemos pero en los ascensores que se hacen en el hueco de las escaleras de muchos edificios no entran....
EliminarSe supone que tienes carro gemelar y otro sencillo, para distintas ocasiones. Con un carro gemelar no se puede entrar en un ascensor, pasar por sitios estrechos, tampoco meterlo en el coche, etc., etc.
ResponderEliminarHemos visto en fotos que a Carmen le gusta trepar, así que también parece encantada con la experiencia de ir trepando por el brazo de su madre en plan koala.
Si nos llaman la atención viéndolas en fotos, seguro que cuando van por la calle no pasan desapercibidas. Ya de por sí los mellizos atraen, pero éstas mucho más por lo monísimas que son y tan diferentes entre ellas. Y cuando empiecen con su bilingüismo, más aún. No nos has contado cómo se van manejando con los dos idiomas, que seguro que también es una experiencia interesante.
Hola, efectivamente, valos conjugando según las situaciones y los lugares a los que tengamos que desplazarnos... E improvisamos cuando hace falta.
EliminarPues de bilingüismo poco puedo conta, de momento no hablan casi nada, se exprsan mucho a su manera, con onomatopeyas, mamamama y papapapa que es igual en los dos idiomas. Lo único que se le entiende bien a Carmencita es doudou, agua y aía (por María)
Me entienden muchas cosas en español pero no sé si lo harían también en francés para las mismas cosas
De todas se sale cariño. Yo a veces pensaba que me daba un ataque o algo, pero siempre llegaba una solución, una estrategia, un invento. Aún hoy y ya sin niñas ni niño, suele ocurrirme en mi vida cotidiana. Pierdo la calma y entro en pánico, pero pasa, todo pasa y en ocasiones en una pena que pase.
ResponderEliminarBesos guapa.
Conchi me ha encantado el una pena que se pase, pero así es. Un beso fuerte
Eliminar