Desde que llevo viviendo en Francia siempre he oído multitud de cosas buenas cuando le he dicho a la gente que soy española. Casi todo el mundo ha estado alguna vez en España y no mantienen ninguna animosidad a pesar de lo que desde España podamos pensar.
Sin embargo la cálida acogida que tenemos hoy día no fue la regla durante los años de emigración española. Y aún hoy existe el despectivo término de "espingouin" con el que se conoce al emigrante español.
La primera vez que supe de lo poco amables que fueron los gabachos con los españoles que llegaban allá por los años 60 fue gracias a la historia personal de José, el cocinero de mi foyer universitaire, en el que viví dos años. José era una persona poco habladora en general, pero con el pequeño grupo de españolas que entramos aquel año en la residencia de la rue de Condé creo que se sintió bien. Éramos españolas que compartíamos la misma situación que las francesas de nuestra edad. A él cuando llegó con sus padres a Francia le trataban de "sale Espagnol", porque los pobrecitos españoles no eran precisamente bienvenidos.
Hoy los españoles ya no somos el blanco de las reticencias de la sociedad francesa, ese puesto lo ocupan ahora otros emigrantes; pero no se puede olvidar lo que representamos durante muchos años.
La excelente película "Les femmes du 6ème étage" reflejaba la vida de esas españolas que trabajaban como criadas o limpiando.
Hoy por casualidad me he topado con un documental que no conocía, "Si tu vas à Paris", que retraza la historia de 7 valencianas del mismo pueblo, Poliñá de Júcar, que emigraron a París. Además de contar cómo era su día a día en la capital al servicio de los franceses también exponen el sentimiento de lo que vivían cuando volvían a su pueblo de vacaciones, alguna gente hasta decía que trabajaban como putas. Una de ellas con mucha gracia dice en el reportaje que hizo de todo menos eso.
Si os interesa podéis verlo en el siguiente enlace:
Al hilo de estas historias de emigrantes, acabo de terminar un libro que me regaló el franchute (sin acritud eh...) estas Navidades.
El último premio Goncourt, "Pas pleurer", es de la autora Lydie Salvayre, hija de emigrantes españoles. Al tratarse de una novela que tiene como telón de fondo la Guerra Civil española y cuya protagonista principal de la historia se llama Montse, lo cierto es que tenía muchas ganas de leerlo.
El libro no recrea toda la historia de la madre de la autora, se ciñe sobre todo a la memoria que le queda del verano de 1936 y de los acontecimientos que la hicieron abandonar España.
Me ha gustado pero no encantado, he sonreído con las ocurrencias de vocablos aproximativos que la madre se inventa , del estilo "j'étais estomaquée" "j'avais les pieds prendis dans une trempe" "s'en va sans arrepentiment" ; pero el conjunto se queda algo soso.
El libro se va a traducir al castellano y sl catalán este año pero yo creo va a perder gran parte de su esencia. Si os podéis atrever con su versión original, en francés y "frañol", leedlo.