Esto podría ser casi una batalla, entre la toallita de bidé, casi inexistente en Francia (el bidé o bidet y también la toalla) y el gant de toilette, desconocido en España.
Pensé en hablar de ello cuando en Navidades el franchute me preguntó si teníamos gant de toilette porque su madre necesitaba uno... Yo había dejado preparado en la habitación todo un set de toallas para los días que estuvieron en casa, pero no pensé para nada en el dichoso guante... Y me tuve que poner a buscar uno con todo el estrés de quién no sabe si encontrará lo que le piden con urgencia... Pero tuve suerte y encontré uno perdido entre las toallas y me sentí feliz de poder darle satisfacción a él (que no sabe dónde se encuentran la mayoría de las cosas en casa) y a su madre (que no imagina que no utilicemos gants de toilette).
Son manoplas de baño, que los franceses dejan al lado de la bañera o la ducha, aunque al principio de mi llegada a Francia probé el método lo cierto es que no me gustan ni las esponjas y sólo utilizo una especie de guante de crin cuando me acuerdo de hacerme una exfoliación au savon noir.
El otro día me topé con un pequeño pack de dos y pensé que no estaba de más llevármelas a casa, así que las dos rojas se las dejaré estrenar a mis suegros la próxima vez que vengan.