23 junio, 2015

Masterchef desde la France

Hoy vuelve a haber Masterchef España… No he seguí las primeras ediciones aunque me gustan en general los programas de cocina de la televisión francesa (Masterchef, Top Chef, Un dîner presque parfait... ) 

 

Me hace bastante gracia el trío de jurados, mucho más salaos que los de aquí, pero descubro que Eva Gonzalez y su voz rota no me gustan mucho. La semana pasada no lo pude ver en directo, desde que acabaron las noticias francesas a las 9 menos cuarto hasta que empezó el programa por el Canal Internacional pasadas las 10 de la noche, el sueño se había apoderado de mí y lo dejé grabando, porque luego por internet se ve como a saltos… Me gustó el tema con la cocina francesa. Évidemment…

 

Hoy he estado pensando en todos esos platos tan típicos o no…

 

Los caracoles y las ancas de rana

 

Los primeros los he comido varias veces, me gustan, porque me gustan el ajo y el perejil y eso es básicamente a lo que saben cuando están bien hechos. Cuando no…saben a mantequilla. 



En la cadena de congelados Picard, que merecería una entrada a parte por la importancia que tiene en muchos hogares franceses, los venden congelados y no están mal. En cualquier supermercado se pueden además encontrar los caparazones de los escargots y los propios caracoles limpios en conserva.



 

Las ancas de rana no las he probado nunca, hay una temporada para comerlas y no es fácil encontrarlas en los menus de los restaurantes. En el Jura sé que hay sitios donde se pueden comer, no soy reacia, pero no he tenido ocasión. Quien las ha probado dice que saben a pollo pero que con poca carne y mucho hueso…

 

Boeuf bourguignon, es un guisado consistente, un plato de invierno con unas patatas fritas para mojar en la salsa. No me pirra, prefiero un guisado de carne a lo español, con las patatas ya cocidas dentro. 

 

Vol au vent, la cestita de hojaldre rellena de carne/gambas/vieiras con nata;  tipiquisimo en muchos restaurantes, tanto que se ha quedado un plato algo viejuno.

 

La sopa Valéry Giscard d’Estaing, se puede comer en algunas brasseries parisinas, será todo un hito en la historia de la cocina pero no creo que se prepare en muchas casas/cocinas. Una sopa de cebolla, hubiera sido un plato mucho más acertado y corriente.

 

Foie gras con chutney de mango; el foie gras es el plato estrella de cualquier gran acontecimiento, pero ¿? lo del mango ¿?

Tengo un cuñado que prepara él mismo el foie, en Navidades siempre lo suele hacer y nunca trae ninguna salsa dulce para acompañar porque es una pijadita que al final no le gusta a nadie.

 

El pichón de Bresse, la zona de la Bresse (vecina del Jura por cierto) tiene buena reputación en la crianza de aves, pero no sabía que había una receta típica para cocinarlas. Esto fue un simple ave al horno, de especialmente francés no tiene mucho. Un poulet basquaise habría sido un plato mucho más conocido, con pimiento picante de Espelette (en el País Vasco francés).

 

Mi concursante preferida es Andrea, por el punto natural, antes habría pensado pija pero no, ahora se dice cuqui  (lo véis Usulinska y Pilar como sí que sé a qué os referíais…)  Me gustaba y me gusta aün más desde que en uno de los programas vino a verla su hermana melliza que no se parecía a ella ni en el blanco de los ojos… Y eso me suena tanto…

 


Dos hermanas son dos flores diferentes del mismo jardín…. No me digáis que no es una cuqui frase …

 

Bon appétit! Et bonne soirée! 

 


16 junio, 2015

EOI Mi base

Hace bastante que no me preguntan ¿dónde aprendiste francés? Hace tanto tiempo que vivo en Francia que la pregunta ya no tiene mucho sentido, porque después de casi 15 años viviendo aquí no tiene ningún mérito que domine el idioma.

Mantengo cierto acento extranjero cuando hablo, casi que a cierta honra, porque a veces me da pereza hacer esfuerzos de pronunciación, sé que me entienden y yo lo entiendo todo y mi exigencia con cómo pronuncio ha ido decayendo con los años. El caso es que cuando me expreso en francés nadie adivina nunca por mi acento que soy española aunque por canadiense me han llegado a tomar varias veces.

Llegué a Francia con mi curso superior de Francés de la Escuela Oficial de Idiomas ya aprobado. Tuve suerte, conseguí plaza en francés con 14 años, si me hubieran dado plaza para alemán, a lo mejor estaría escribiendo desde alguna Stadstaaten como Berlín o Hamburgo O_O 

Fui a curso por año y no me costó mucho esfuerzo, disfrutaba de las clases y los ejercicios que casi nunca preparaba con antelación, me salían solos cuando tocaba corregirlos, para mi cerebro supongo que era la continuidad del instituto.  

Me encantaba la Escuela de Idiomas de Mostoles, era un universo de mayores en el que tenía mi sitio y tengo muchos recuerdos de las personas con las que compartí clases, con perfiles muy variados pero que tenían el denominador común de ser gente muy amable con la que me integré perfectamente. En la primera cena de Navidad recuerdo que mi madre le pidió a una señora de su edad que estudiaba conmigo que tuviera cuidado de mí. 

Si mis recuerdos son tan buenos y tan agradecida me siento fue porque cuando integré Derecho Hispano Francés después de la selectividad, mi nivel era equivalente al de gente que salía del Liceo Francés de Madrid o de colegios privados, mientras que yo venía de un instituto público de la zona sur de Madrid. Creo que tuve mucha suerte porque en esos cinco cursos conté con las dos mejores y más motivadas profesoras del departamento, Cristina y Yolanda. 

En la Escuela de Idiomas me fui haciendo  mayor, 2 horas al día, 2 días a la semana.  Iba y venía andando hasta casa, en invierno el horario de 19h a 21h era mortal, pereza para salir de casa cuando ya estaba bien entrada la tarde y la vuelta a casa de noche. Pero esos grupos eran los más interesantes, los de gente ocupada durante el día que saciaba su sed de aprender por las tardes. El ambiente era excelente y hace un par de noches me dio por pensar en esa etapa, en esa gente. 

Qu'est-ce qu'ils sont devenus? 





05 junio, 2015

Corre corre (a cuatro patas)

Avanza a cuatro patas pero con una pierna que arrastra cruzada debajo del culo. El estilo es peculiar y no le impide avanzar a una velocidad que desafía toda mi tranquilidad cuando no veo en qué anda metida Carmencita.

Las observo interactuar a las dos, el interés mutuo que se demuestran ha cambiado mucho estas últimas semanas, hasta hace poco se reconocían y se sonreían cuando se cruzaban sus trayectorias pero no parecían interactuar, ahora ya se persiguen, se alían para algunas cosas y se evitan en otros momentos, enfadándose y dando lugar a rabietas que ponen a prueba supongo sus nervios y los míos.

Ayer se juntaron con otro crío, que acaba de cumplir los dos añitos. Carmen se mostró enseguida muy curiosa por lo que hacía, María mucho menos, pero las dos hicieron frente común para recuperar su territorio cuando el "extraño" se atrincheró dentro de su (la leur) tienda de bolas. 

Más allá de la conversación y la fuente de mojito "fait maison" que teníamos en la mesa, anoche mi auténtico disfrute fue observarlas a ellas y darme cuenta de todo lo que están cambiando.


















03 junio, 2015

Cuatro quintos

En Francia, donde casi todos los colegios cierran los miércoles, es muy corriente que las madres con hijos en edad escolar pidan una reducción de jornada. Imaginaos el plan de tener que estar buscando una solución para vuidar de los niños ese día perdido en mitad de la semana, hay muchos centros abiertos ese día con actividades para los más pequeños pero me quedo perpleja y no entiendo muy bien cómo se consiguen organizar las familias... Hay una reforma de los ritmos escolares en marcha, pero no sé en qué quedará. 

Hasta que los horarios lectivos se amplíen también a los miércoles, las madres, no se puede negar que la modificación de contrato viene siempre por el lado materno, piden con ojos de gato de Shrek a sus jefes o jefas un contrat a tiempo parcial al que comúnmente se le denomina "quatre cinquièmes" o "un contrat à 80%". 

Cuando tomé contacto con mi jefa dos meses antes de volver a la oficina, le expuse mi motivación para la vuelta al trabajo pero también la necesidad de poder pasar tiempo con mis hijas. Y aunque sopesé reducir mi jornada diaria, al final hubira perdido tiempo de trayecto viniendo los cinco días laborables y preferí quedarme todo un día en casa. Elegí que fuera el viernes. No sé si tuve suerte o qué fue, pero el casi es que desde mi vuelta perdí ese 20% de sueldo pero gané un día de disfrute con ellas y los fines de semana son geniales porque tenemos ese extra. 

Este último mes ha sido además algo especial, con los festivos añadidos hemos tenido muchos momentos para disfrutar del jardín de casa. Otro año quizás nos organicemos alguna escapada, pero yo no puedo viajar en avión con las dos hasta que no cumplan 2 años y su padre ha estado muy liado estudiando. 

Ya solo nos queda mañana (y el viernes y el fin de semana...) de estas semanas laborables tan cortitas, así que prometo que aprovecharemos las mini vacaciones de 4 días ahora que parece por fin se ha instalado el calor. 


Cuatro festivos en apenas un mes y un quinto día en el que las empresas "obligan" a coger un día de vacaciones, porque por culpa de los ensayos del Gran Premio no hay quien circule ese día en Mónaco. 

Después del paso y la ayuda de los abuelos en abril, mayo ha sido una especie de cojín para amortiguar la vuelta a nuestros ritmos, horarios y trayectos. 

Qué duda cabe que el intervalo de junio y julio sin ningún día extraordinario se nos va a hacer mucho más largo... 



02 junio, 2015

Nourriture régressive - Comida que retrotrae

El término régressif en francés:


Que recula (retrocede), disminuye o va hacia atrás... 

La nourriture régressive es aquella que comimos en la infancia, que nos recuerda tiempos pasados (siempre nos parece mejor uh uh uh... volver la vista atrás es bueno, a veces, mirar hacia delante es vivir sin temor... Ja ja ja)

En el baúl de los recuerdos de un francés uno de los platos más regresivos que existen son las "coquillettes au jambon", casi todos los críos las aprecian, es el equivalente del arroz con tomate en España. 

La coquillette es un tipo de pasta hueca en forma de tubito. Yo las descubrí haciendo de canguro en París. Cuando los padres no se querían complicar mucho porque estaban preparándose para salir, las coquillettes eran la solución, cenaban los críos y además me iniciaba con ellas yo.



Hace un par de semanas debí tener un ataque de nostalgia hispano-infantil y nos preparé un plato de arroz con tomate (y huevo y salchichas). Al franchute la combinación no le supo especialmente rica pero a mí el revival me supo a gloria. Además lo hice con tomate frito, un bien común pasados los Pirineos pero escaso por aquí. 



Para compensar la balanza emocional de esta familia el sábado pasado le propuse comer coquillettes au jambon. Las cocí en agua con sal y una vez escurridas les añadí la mantequilla al más puro estilo gabacho.

Normalmente se deja que los niños añadan la cantidad de queso rallado que les convenga, suele ser comté o emmental, pero solo teníamos parmesano, así que mi versión no es muy ortodoxa. Jamón de York y chutando.



Entusiasta como él solo me dijo que hacía años que no las comía y no se explayó mucho más, a mí no deja de resultarme un plato muy soso y lo que más añadí una vez en la mesa fue pimienta negra, así que no creo que repitamos próximamente.

Dame arroz con tomate y llámame tonta.