En casa

Aquí llevamos casi 5 días, con alegría y emoción volvimos el miércoles a casa cargados con nuestras dos personitas y empezamos la vida real, fuera del hospital que nos había envuelto durante una semana. 

Los colores, el aire, el amor y el ambiente de casa son desde luego una medicina más para recuperar las fuerzas. Cuando además el recibimiento lo aseguran los abuelos, decorando y preparando nuestra llegada, el momento no pudo ser más bonito. 

Por la tarde, pequeña celebración con la familia francesa y la cousine de 3 años encantada con las nenas. 

Entre el sueño de una y otra, mi primera salida fue para ir a unos recados a la farmacia y la viví con la extraña sensación de no terminar de integrar que soy ya mamá. Luego empezamos los paseos con las peques. Tenemos un carro doble pero también creo en los múltiples beneficios del porteo, así que de momento nos apañamos así... 

 

 

 

 

Los abuelos además de ocuparse de ellas se ocupan de nosotros, comemos a la carta y nos recogen hasta los platos. Ponen y tienden lavadoras, cantan, les enseñan tai chi y se ocupan de mil y una cosas más, sin ellos todo sería 100 veces más complicado y agotador. Es exactamente lo que había leído sobre las primeras semanas con unos gemelos en casa, déjese ayudar... Pues yo me dejo me dejo.

Y es que hace falta la tribu entera para educar un niño como dice el proverbio africano. Nosotros hemos repatriado a parte de la tribu, pero el resto de la tribu sigue las noticias por whatsapp (momento de emoción: anoche Carmencita perdió el cordón), deseando poder conocer a estas cucuítos tan diferentes que nos tienen revolucionados. 

 

 

No photos please

 

Y este flequillo que me habéis dejado???!!!