El franchute está de despedida, cuando se ha ido esta mañana al aeropuerto a las siete y media me he quedado desvelada y viendo desde la cama el montón de ropa por lavar y recoger no he tenido más remedio que levantarme.
Tras la primera lavadora, me he ido a por un pain au chocolat y me lo he comido en la playa viendo los preparativos de la carrera de la que os hablaré mañana. Luego he tenido que hacer todo lo que no nos da tiempo hacer durante la semana, Correos (donde me esperaba una sorpresa, ¡gracias Emmo!), lavandería, zapatero...
He comido con unos amigos que hacía varias semanas que no veía, el niño ahora ya sabe andar y me he pasado un rato bueno jugando con él, sin el sentimiento extraño del por qué yo no o nosotros no que puede a veces con toda mi capacidad de reflexión.
Ahora me voy a comer un plato de pasta gigantesco, por eso de los azúcares lentos, pero espero de todas maneras que haya avituallamiento a mitad de carrera para hacer como los profesionales y darle un mordisco a medio plátano mientras tiro al suelo el vaso de agua a medio beber o escupir... Quel glamour!
La ropa la tengo preparada para no tener que preocuparme mucho cuando suene el despertador...
Je vous raconterai demain...
you're a dream.
ResponderEliminarYa nos contarás que tal carrera.
ResponderEliminarTengo la entrada preparada, me faltan las fotos... Gracias!
EliminarOiga!! pues que usted lo corra bien :) Me encanta como cuentas las cosas, me imagino todo con musica de yan tiersen de fondo. Un beso enorme.
ResponderEliminarJooo pero qué honor que puedas pensar una cosa así... Amélie es sagrada... Muac!
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