De aceites

Me gustan mucho los aceites corporales, los uso a diario cuando empiezo a llevar las piernas al aire, me dejan a la piel con una  sensación de hidratación que no dejan las cremas.  Además como apenas si me perfumo, el olorcito, que suele durar, me sirve de substituto. En invierno el ritual es menos frecuente, el momento aceite se queda para los domingos por la noche, porque a diario no me plantearía pasarme ese tiempo de tranquilidad cuando una va siempre a toda prisa...

Uno de los primeros debió ser el Johnson's de después de la ducha que al final se iba enterito en la toalla. Luego descubrí el aceite Nuxe y después de su versión clásica, Huile Prodigieuse, me compré la versión OR, que me acompaña en las noches de verano, porque de día tanta brillantina como que no. 

Descubrí un salón de belleza muy branché del Quartier Montorgueil en París y los productos que en él se vendían y el aceite con olor a té verde a la menta era tan especial que cada vez que lo sigo usando me parece estar en una cabina de La Sultane de Saba. Ahora la marca se encuentra fácilmente en internet pero hace unos años era una pepita... 

Y el último aceite de esta mini colección es de Lierac. Me lo compré nada más llegar a Niza, porque suelo tener muy asociados los olores con lugares y necesitaba algo nuevo... L'Huile Sensorielle aux Trois Fleurs Blanches es sublime,  con olor a jazmín, gardenia y camelia. Llevo ya dos años con él y no me gustaría relevarlo. Para invierno dejo el aceite aparcado y saco el Eau Sensorielle, sin alcohol pero con el mismo fondo... 

       

Estoy bien servida y bien acostumbrada a ellos, así que la rutina del aceite anti estrías durante el embarazo no me resulta nada pesada. 

Llevo ya dos botes acabados de la marca Weleda y otro de Bi-Oil está en sus últimas. Los primeros son de vidrio, poco prácticos además porque no llevan pompa dosificadora y te pringas al menor descuido, pero la reputación de la marca no hace falta demostrarla. 

El de Bi-Oil es bastante más químico y menos ecológico, huele a muñeca recién sacada de su caja, pero el envase de 60 ml y el que sea de plástico lo convierte en perfecto para viajar y fue el que utilicé durante las Navidades. 

        

El otro día ví que también tocaba fondo con el aceite de l'Occitane en Provence, que fue un regalo y cuyo olor es el que más me gusta, así que salí disparada al Monoprix, donde además del aceite de almendras Lovea me compré otras cuantas chuminadas... 

                                         

Y por si esto fuera poco... El próximo que vendrá a la lista será el de masaje del perineo, que aguarda en un cajón que la fecha se acerque...