16 mayo, 2013

Mónaco antes del Casino

Hasta 1848 Mónaco ocupaba un territorio de 24 km² que se extendía desde Menton hasta Niza y vivía de la exportación de los limones y del aceite de oliva. Aquel año Menton y Roquebrune se declararon ciudades libres bajo la protección del reino de Piamonte-Cerdeña, y el territorio del Principado se vio drásticamente reducido. En 1860 cuando el condado de Niza pasó a formar parte de Francia, las fronteras de Mónaco quedaron establecidas y así se han mantenido hasta hoy día, con apenas 2 km² de territorio.




Con semejante pérdida la pregunta principal que se hicieron era la de cómo sobrevivir. Aunque Francia se comprometió a retribuir económicamente la pérdida de las tierras durante 10 años, de esta temporal compensación no podía depender el futuro de Mónaco.

El impulso del cambio lo tuvo una mujer, la Princesa Carolina, madre y consejera de Charles III, el príncipe reinante, a quien le propuso autorizar en Mónaco un casino, una idea que hasta entonces no había obtenido la adhesión necesaria para poderse realizar.


Charles III

Desde 1836 los juegos de dinero estaban prohibidos en Francia y los lords ingleses y príncipes rusos frecuentaban los círculos de juego clandestinos de Niza y Cannes. Con la creación de una estación balnearia y un casino, el Principado esperaba atraer la aristocracia cosmopolita europea y con ese propósito se constituyó la Société des Bains de Mer en 1856, que debía construir los establecimientos donde se desarrollarían las actividades de juego así como todas las infraestructuras urbanas necesarias (canalizaciones, agua, gas...). En 1863 François Blanc, hombre de negocios francés, intervino en el proyecto, mejorando los transportes (le Train Bleu) y lanzando en una fase de importantes inversiones inmobiliarias. Con mucho ingenio transformó el nombre inicial de la zona (Spélugues) y rindiendo homenaje al príncipe la nueva zona de ocio pasó a llamarse le Mont-Charles, Monte-Carlo en italiano.

En muy poco tiempo Monte-Carlo empezó a recibir la afluencia de la élite europea y convirtiéndose en una estación turística de primera y en un nombre reconocido internacionalmente.   




6 comentarios:

  1. Sólo 2 kilómetros cuadrados de territorio, parece increible. Supongo que pasear allí es estar continuamente pasando la frontera. Besos y me ha encantado el post.

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    1. Me alegro mucho, he puesto la categoría de Monacolandia e iré añadiendo cosillas. Un abrazo

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  2. Una mujer con visión de futuro!!
    Interesante entrada.
    Un besito

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    1. Y a pesar de ello no he encontrado ninguna foto de ella sola...
      Muac!

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  3. Siempre he pensado que tienes futuro como guía turística ;-)

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    1. Emmo, pouff no sé, requiere paciencia... Y de eso llevo poco en la recámara... Un beso gordo

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