17 junio, 2013

Joël Robuchon, Monte-Carlo

Tengo que hacer una entrada con las fotos del fin de semana, lleno de sensaciones especiales, pero os adelanto que tener que levantarme a las 4 (de la mañana bien sûr) no estaba incluido en el programa y tuve que hacerlo.

Durante las caminatas pensé a menudo en las comodidades de mi día a día y en las ocasiones fuera de lo común que a veces vivo. Como por ejemplo la cena en el restaurante de Joël Robuchon en el hotel Métropole de Monaco, al que fui invitada la semana pasada.

Joël Robuchon es el chef francés con más estrellas Michelin, más de 20, repartidas por sus diferentes establecimientos en todo el mundo.

Au menu, la degustación de una decena de platos y champagne Dom Pérignon à volonté, del que desgraciadamente no pude dar demasiada cuenta porque luego tenía que conducir para volver a Niza.
La soirée resultó ser excelente; los platos muy sabrosos además de bonitos y conocí a gente con la me reí mucho, el único "pero" se lo puse a una de las camareras que parecía se esforzaba en querer ser antipática con los poco iniciados en esta cocina y ambientes.
Comimos lo siguiente:

Les amuse-bouche, divierte-boca o entrantes: mousse de foie gras, jamón ibérico, no hay fotos porque aún no nos atrevíamos a sacar los móviles.
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Judías verdes, al dente con huevo rallado y caviar
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Bogavante, sobre coulis aguacate picante y mozzarella burrata, el plato que me fascinó por colores y sabores.
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Foie gras, un trozo del hígado a modo de carne, no para untar, con salsa de cerezas y almendras
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Alcachofa violeta, con calamar y chorizo en tiritas
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Lubina, sobre un puré de habitas verdes
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Codorniz, con relleno de foie gras y puré de patatas a la trufa
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Fresas marinadas con albahaca sobre vacherin (pastel de merengue), increíblemente bueno
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Soufflé al ron y helado de coco

A pesar de que las cantidades parecen minúsculas en vajillas dignas de Gulliver, al final resultaba difícil acabarse los platos, pero yo me esforcé y no dejé ni una miga. Una experiencia excelente que espero poder recordar mucho tiempo. La última databa de hace más de 3 años, cuando con el franchute estuvimos en el restaurante Jules Verne de la Torre Eiffel... Oh là là!

Bon appétit!







2 comentarios:

  1. Guau, qué rico todo!! Y qué buena pinta esos platos.
    aunque me parece mucho para cenar, yo tampoco hubiera dejado nada.
    Un besito

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  2. Qué bien¡¡¡¡ Robuchon, un genio en la cocina. Experiencia gastronómica única. Gracias por compartirlo. Saludos.

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